Imprimir esta página

SALARIO EMOCIONAL

Cuando uno desarrolla una labor a nivel profesional, a final de mes, espera, como es lógico y además no puede ser de otra forma, una recompensa económica por el trabajo realizado, el sueldo, el salario… que debe ser adecuado, mayor o menor en función del puesto de trabajo de que se trate o de las funciones que se desarrollen en el mismo, tiene que ser equitativo a otros puestos de similares características y puede complacer más o menos si se consiguen cubrir las expectativas y/o necesidades económicas que uno tenga…

Tradicionalmente hemos ambicionado un trabajo muy bien remunerado, pensando que cuanta más remuneración, más éxito, ya que el dinero nos facilita tener aquello que deseamos,  un buen coche, una buena casa, unas buenas vacaciones y ya uno puede sentirse mucho más afortunado si además puede comprarse “los caprichos que quiera” y/o acceder a una segunda vivienda sea donde fuere… campo, montaña, huerta o playa… para poder “cambiar de aires” cuando la rutina nos envuelva… ¡TODO ESTO ESTÁ GENIAL!!

Si al llegar a casa después de un duro día de trabajo uno se siente cansado y, además, motivado, pleno, satisfecho y feliz, ¡ESTUPENDO!!

Si al llegar a casa después de un duro día de trabajo uno se siente cansado y además estresado, insatisfecho, enfadado, sintiendo, pensando que “ojalá pase algo…” En este punto, puede ser que el trabajo que desarrollamos no nos gusta en absoluto, o… podemos empezar a pensar que nos falta ese “SALARIO EMOCIONAL”

Y es que en la actualidad queremos más… Si además de los mencionados bienes materiales, el trabajo no nos aporta ese otro bien necesario, llamado “salario emocional” que es más sutil, etéreo, por supuesto menos reconocido, pero que, sin embargo, al final tiene una importancia vital ya que es lo que nos hace palpitar, vibrar, sentirnos más orgullosos de nosotros mismos, en definitiva, satisfechos y además que hay equilibrio en nuestra vida, si no lo percibimos así, vamos a tener la constante sensación de que “algo nos falta” … Una infinita sensación de vacío que intentaremos suplir de una u otra forma…

Pero concretamente ¿a qué llamamos SALARIO EMOCIONAL?

Es un concepto asociado a retribuciones cuya peculiaridad es su carácter no económico, a continuación, señalamos algunos de los aspectos más importantes; La conciliación familiar, un horario flexible, que haya posibilidad de desarrollo profesional, buen clima laboral, beneficios sociales, desarrollo de habilidades que te hacen vibrar, capacitación, formación…  Y, por último, algo muy sencillo de hacer, pero a la vez, quizá en demasiadas ocasiones, difícil de encontrar, como es el reconocimiento al trabajo bien hecho y en este punto no me refiero a un reconocimiento monetario sino simplemente a las palabras o a los gestos. A todas las personas, nos gusta que nos digan las cosas que hemos hecho bien, palabras tan sencillas como “bien hecho”, “buen trabajo”, “gracias”, “enhorabuena” o “felicidades”, son parte de ese salario emocional que compensa y satisface en ocasiones mucho más que cualquier retribución económica.

No seré yo quien diga que si uno no está satisfecho con su trabajo, que lo deje… ni mucho menos, sin embargo, no me cansaré de repetir la importancia que tiene perseguir y  perseverar para llegar a conseguir, llamémosle “sueños, metas, objetivos”, cada quien que lo califique como quiera… Sea lo que fuere que nos llene de satisfacción, de plenitud, que de verdad sintamos que estamos en el camino, en “nuestro camino”, en el sitio en el que queremos estar y que estamos desarrollando la “MISIÓN” de nuestra vida..

Una última reflexión; La vida puede ser fácil o tremendamente complicada…  Hay una pregunta sencilla que podemos o … Voy a ir un poquito más allá… Hay una pregunta sencilla que debemos formularnos de cuando en cuando… ¿ERES FELIZ? Si la respuesta es “SI”, ¡GENIAL, SIGUE ASÍ! Si la respuesta es “NO”,pues… CAMBIA ALGO…  

Así de simple… o así de complicado…

Valora este artículo
(7 votos)
Mª Dolores Mateo

Diplomada en Relaciones Laborales.

Master en Planificación, Desarrollo Local y Empleo y Coach.

Lo último de Mª Dolores Mateo