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Misterios Desvelados: La Reencarnación VII

Este planeta nuestro es una hermosa escuela de aprendizaje, que ofrece a cada ser humano que lo habita, todos aquellos elementos indispensables con los que pulir y embellecer el diamante que encierra en su interior: su espíritu.

En cada una de las muchas vidas que Dios nos da, venimos para hacer un nuevo curso o para completar el anterior, en el ambiente idóneo, de acuerdo con el grado de evolución alcanzado por su espíritu; pues el ser humano recibe, tal y como decía Jesús: “según sus obras”. Por lo tanto, cuando en una vida no realizamos el trabajo al que nos comprometimos libremente en el Astral antes de la nueva encarnación, o queda incompleto, hemos de repetir la experiencia igual que hace cualquier estudiante que no aprobara su asignatura, presentándose a examen en nuevas ocasiones hasta superarlo.

antonnio94El Budismo -como expuse anteriormente-, está basado principalmente en las enseñanzas de los Upanishads. Las reflexiones místicas y espirituales de los Vedas, revelados a los Rishis o videntes védicos, escritos en sánscrito de los que se conservan unos 150) y en las del príncipe Siddhartha Gautama, nacido en Kapilavasthu hacia el año 560, heredero del clan de los Shakyas, que cambió el boato y el lujo de un palacio y una vida de ensueño material por la búsqueda de su propia paz interna. Siendo llamado después Buda (el iluminado), del que se dice vivió 550 vidas anteriores a lo largo de veinticinco mil años. En su doctrina, “El Karma y la Reencarnación” configuran el sentido de la vida humana dando explicación a todas las desigualdades de la misma.

El Budismo cuenta en la actualidad con cerca de 340 millones de adeptos, surgiendo de ciertas diferencias con el hinduismo, tales como la sumisión ciega del sistema de castas imperantes durante milenios en la India, que sometían al individuo de por vida a un rol definitivo, y por lo tanto, a la infranqueable barrera que supone a sus fieles el momento de acabar con el karma, el cual parece como un círculo vicioso del que nunca se puede escapar.

En las enseñanzas de Buda queda reflejada claramente la escasa intervención divina sobre el destino humano, ya que de esa manera el individuo se sobreesfuerza, siendo capaz de superar su destino en la tierra, por más duro y adverso que éste se manifieste, ya que en él anida el convencimiento de que en su propia voluntad y en su capacidad para asumirlo, está la clave de la superación en vidas sucesivas.

 El deseo y la ignorancia son los grandes obstáculos para alcanzar la iluminación. Los seres humanos, al estar muy poco dispuestos a cambiar y enderezar sus caminos, incurren una y otra vez en la rueda de la vida, siendo limitados por el dolor y el sufrimiento, ocasionados por el fardo kármico, aceptando su condición ya sea humilde o elevada; pues saben que en una vida no se pueden producir grandes cambios, por ser el tiempo demasiado corto, pero si deben superarlo, para que en la vida siguiente pueda desechar el karma vencido en la presente.

La causa de todos los males reside en el egoísmo, al que hay que tratar de erradicar a toda costa. Para ello hay que seguir el Camino de los Ocho Pasos: cultivar el juicio correcto, la intención, el lenguaje, la conducta, el medio de vida, la voluntad, el autoexamen y la concentración, a la cual se llega a través de distintas técnicas, entre ellas, el yoga. Por lo tanto, quien observa en su vida dichos pasos ha de verse libre por siempre del fardo kármico.

Hasta aquí el presente artículo.

Os mando, como siempre,un profundo abrazo desde el corazón.

                                                                  

Antonio Hernández

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