Estamos estos días preocupados bastantes vecinos de Las Torres por la puesta en funcionamiento de otra nueva antena de telefonía móvil en la zona de los Pulpites II y Los Romeros.

Esto nos hace cuestionarnos los efectos que sobre nuestra salud tienen los Campos Electromagnéticos (CEM) que generan.

En la actualidad estamos expuestos a dos tipos de campos electromagnéticos (CEM):

-          CEM de frecuencias extremadamente bajas (FEB) que la producen los aparatos eléctricos y electrónicos y las líneas eléctricas.

-          La radiación de radiofrecuencia (RF) de los aparatos inalámbricos como los teléfonos móviles y teléfonos inalámbricos, las antenas y torres de telefonía móvil y otras torres de transmisión.

Según un informe (Bioinitiative 2012), elaborado por más de una docena de expertos reconocidos mundialmente en la ciencia y la política de salud pública, basado en miles de estudios científicos, se asegura que efectivamente las radiaciones producidas por los campos electromagnéticos (procedentes de antenas de telefonía móvil, móviles, teléfonos inalámbricos, WiFi, WILAN, WIMAX, bluetooth, microondas) son perjudiciales para la salud y en especial para la salud infantil. Este hecho también está reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que cataloga estos Campos Electromagnéticos (CEM) como cancerígenos con nivel 2B.

Efectivamente, nosotros, los seres humanos somos sistemas bioeléctricos. Nuestro corazón y cerebro está regulado por señales internas bioeléctricas. Así pues, las exposiciones ambientales a campos electromagnéticos artificiales interactúan con procesos biológicos fundamentales en el cuerpo humano.

A veces se manifiesta como malestar o alteraciones del sueño o pérdida de bienestar. En otras ocasiones se observa un aumento de la incidencia de cáncer y de Alzheimer. También puede afectar a la fertilidad (se ha observado que el llevar el móvil en el bolsillo puede alterar la calidad y motilidad de los espermatozoides en el caso de los hombres) y sobre todo, en el caso de los niños y niñas puede haber alteraciones en el desarrollo del cerebro con aumento de la incidencia de cáncer, autismo o hiperactividad, por ejemplo.

Algunos de estos efectos no son inmediatos. Estas radiaciones tienen un efecto acumulativo y se pueden comenzar a manifestar las alteraciones sobre la salud a los 10 o más años de estar sometidos a estos campos electromagnéticos.

En este artículo quiero sobre todo dar alternativas para reducir, en la medida de lo posible, el daño que nos producen estos campos electromagnéticos.

De todas formas si te interesa profundizar sobre este tema, tienes un buen resumen del informe de Bioinitiative en:

http://www.avaate.org/IMG/pdf/RESUMEN_Bioinitiative.2012.Resumen.Publico.pdf

Acciones para disminuir la peligrosidad de los Campos Electromagnéticos (CEM)

No utilizar aparatos inalámbricos:

• El teléfono inalámbrico es cómodo pero es muy perjudicial. Mejor por cable.
• El teclado del ordenador, el ratón, mejor por cable.

Utilizar el wi-fi sólo cuando sea necesario:

• Si es para el ordenador, la fibra óptica (y que ya se está poniendo en las Torres) es mucho menos peligrosa.
• En caso de que usemos la conexión wi-fi, activarla sólo cuando sea necesaria. El resto del tiempo se puede tener apagado.
• Y por supuesto, apagar el wi-fi al menos por la noche.

 Cuidados con el teléfono móvil:

• Apagarlo cuando no lo necesitemos
• Hablar sin pegarlo a la oreja (mayor riesgo de tumor cerebral). Mejor con auriculares (de cable), no por bluetooth.
• Evitar llevarlo en el bolsillo. Mejor en un bolso.
• Para hablar por teléfono, mejor los teléfonos fijos que el móvil.
• Si hay poca cobertura, evita llamar. El teléfono tiene que emitir más potencia de radiación para buscar la señal y es más nocivo.
• En el coche, mejor no utilizarlo. Si has de llamar que sea con la ventanilla abierta, porque el espacio metálico del coche, al estar cerrado, multiplica la radiación.
• Por supuesto, evitar que los niños utilicen los móviles. Son muy vulnerables y hay un mayor aumento de la incidencia de cáncer y enfermedades neurológicas. Además de autismo e hiperactividad.

Y no sólo los móviles, también los juguetes inalámbricos y evitar también los monitores para bebés ya que producen radiación de radiofrecuencia.

No utilizar los radiodespertadores. Los campos electromagnéticos que generan también son perjudiciales y se tienen al lado de la cabeza durante muchas horas cada día.

Evitar el microondas para cocinar y calentar. También genera campos electromagnéticos perjudiciales. Mejor las cocinas eléctricas (no las de inducción) o el fuego (gas).

Procurar vivir lo más alejado posible de antenas de telefonía móvil. Es una radiación permanente sobre la que no tenemos control (no la podemos desconectar como el wi-fi o apagar como el móvil).

• Y puesto que la actual Ley de Telecomunicaciones permite a las operadoras la instalación de antenas en cualquier sitio, exijamos a las autoridades públicas la información sobre su localización y el control del nivel de emisión, a fin de conseguir no superar el nivel de radiación propuesto por la Comisión Europea, muy inferior al permitido en España.

Y por supuesto, una alimentación sana y rica en antioxidantes (frutas y verduras frescas) va a ayudar a controlar los radicales libres que producen estas ondas y puede ayudar a minimizar algunos de sus efectos.

Como en el artículo anterior, no es mi intención crear inquietud, más bien conocer qué sucede para poner los medios para evitar los daños. El que no conozcamos el problema no evita el que podamos sufrir sus efectos. Así pues, mejor estar bien informados y obrar en consecuencia.

Un abrazo.

Inmaculada Navarro