¡Padre Mío!, misericordia te pido para este confuso mundo que, a pesar del difícil tiempo que atraviesa y de sus muchas circunstancias dolorosas -sin ser un cobarde-, pasar de él quisiera, pues mi corazón, intenta evadir su tristeza pensando en ti. Aunque como humano, reniegue de las causas que se proyectan ante mi impotencia, por no encontrar ni darle la solución adecuada. Sé, Padre querido, que cuando cese ese dolor, los caminos dejarán de ser angostos, las batallas y las guerras serán vencidas, porque las cosechas de los hombres, mis hermanos, se harán productivas en paz y en amor.

 

Antonio Hernández - 2Pero hasta que el parto pase, las convulsiones y el dolor serán muy tristes y extraños, porque en esta mal repartida tierra, sólo se recolectan muertes y mal florecidas intenciones. Los campos son regados con sangre inocente, con sangre inútil, Padre, porque se diluye en truncados destinos que tan sólo tú, sabes que hubiesen dado de sí. Qué transido de dolor debes sentirte, porque al fin, masacrados y asesinos, todos somos hijos tuyos.

Más no obstante, Padre amado, sabemos que en ti, nada ni nadie se perderá, porque llegará ese esperado día en el que el hombre, se sobrepondrá a las circunstancias que justifican su karma y, cómo la crisálida que da paso a la hermosa mariposa, así renaceremos todos en la nueva vida: sin temor, sin odios, sin envidias ni rencores; pasando de ser la tierra yerma, donde nada sin ti echará raíces, a esa esponjosa y fructífera, donde todo, desde lo más ínfimo a lo más superior, será maravilloso, porque se afianzará y se reflejará en ti.

 

Tendrá las más fuertes y seguras raíces, el más  poderoso tronco y la más sublime frondosidad entre sus ramas. Allí, anidarán los corazones de tus hijos, maduros de tu amor y repletos de las semillas de tu gloria, con las que día a día, prepararemos las nuevas cosechas que sirvan para la evolución, el progreso y el bienestar de nuestro espíritu, en las distintas moradas y mundos, de tu Divino Universo.

    

De mi libro Pétalos de Luz  

Os deseo a todos unos felices días de paz y dicha familiar, y os pido que compartáis al menos, un pensamiento de amor para con los más desfavorecidos.

Hasta nuestro próximo encuentro, un abrazo sentido desde el corazón.

                                                        Antonio Hernández

 

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