El poeta torreño José Martínez Navarro recibe el primer premio del V Certamen Internacional de Poesía "Pedro Hernández Salinas"

El poeta torreño José Martínez Navarro acaba de recibir el primer premio del V Certamen Literario “Pedro Hernández Salinas” 2014, organizado por la Agrupación Rubinenca Cultural i Artística ANCA de Rubí (Barcelona). El certamen se falló el pasado 14 de noviembre y el jurado tuvo que decidir entre más de 300 trabajos presentados, de un gran nivel y procedentes de diferentes partes de la geografía mundial.

"Rosas de Alejandría" es el poema ganador que el escritor torreño, dedicó en vida a su gran amiga y compañera de trabajo, Trini López, nada más dar a luz a su hijo. Pocas semanas después, Trini López nos dejaría para siempre y quedando su hijo huérfano y este poema, clavado en el corazón del escritor. 

José Martínez Navarro asegura que ha recibido una "doble alegría con este galardón: una la del reconocimiento del poema, y otra, por ser una de mis mejores poesías y con más sentimiento. Se dan cita dolor y nostalgiaalegría y esperanza por momentos, y cómo no, mucha tristeza por lo que pudo haber sido y se nos fue para no volver. Te lo dedico a ti Trini, donde quiera que estés".

 

Rosas de Alejandría

 Ha enmudecido el jilguero
en la noche inoportuna
y languidece la cara
donde la lágrima surca,
lágrima de tanto llanto
con mirada taciturna
ahuyentando a la alegría
esa tristeza profunda,
esa zozobra que emerge
en la que anida la duda
al ver espinos mis ojos
en el albor que se nubla.

Abierta está la ventana
oyendo a palabra muda
mecerse en la senda errante
más que tarde, con premura,
allí donde el viento calmo
suspiros de aliento usurpa
mientras callan las cigarras
a plegarias que susurran.

¡Gracias, Dios omnipotente,
por abrazarme a la vida
en un camino tortuoso
más que insabroso, de acíbar,
por donarme este retoño
que me inunda de alegría
cuando sus labios sonríen
endulzando el alma mía!

 ¡Por eso mezo mis sueños
en cendal de fantasía
sobre vergeles de amor
con rosas de Alejandría,
donde brilla el horizonte
en madrugada tardía
con sus pétalos fragantes
edulcorantes de vida!

 ¡Por eso canto al alba
cada noche, cada día,
sobre el íntimo regazo
de la luna que dormita
a la flor de los almendros
en la fértil serranía,
a la vera de los ríos
donde acuna la poesía!

 ¡Gracias, Dios omnipotente,
por abrazarme a la vida!

 

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