Nuestra mente es un entramado de redes neuronales, que se van entremezclando y según sean nuestros pensamientos, positivos o negativos, se va forjando con ellos nuestra realidad. De hecho, mantenemos nuestro mundo con nuestro dialogo interno, prestemos atención pues, a ese diálogo, a los mensajes negativos y destructivos que nos decimos a nosotros mismos, ya que, solemos ser nuestros “peores críticos”, (yo no sé, yo no sirvo, yo no soy capaz, yo no puedo, yo no merezco….) ¿Os suena esto?
Cuando ese diálogo nos está machacando, limitando o paralizando de algún modo, en ese momento ha llegado la hora de actuar, de cambiar, de transformar esos mensajes por otros, más positivos y motivadores.
Decía Henry Ford “Si crees que no puedes tienes razón, pero, si crees que puedes, también tienes razón”.
Así es, seremos capaces de hacer aquello que creamos que podemos hacer por el mero hecho de creer que podemos, ya que nuestra mente actuará en consecuencia y buscará los medios para realizar lo que nos propongamos.
Todos sabemos de personas que han conseguido sus propósitos, fueran los que fuesen, por encima de condicionantes y aparentes limitaciones, a pesar de tenerlo todo en contra, pero sin embargo han creído en ellos mismos y con su fortaleza y su constancia han conseguido hacer realidad sus metas.
¿Por qué tu no? ¿Qué puedes perder si lo intentas? ¿Qué puedes ganar si lo intentas?
No dejes tampoco, que un comentario como: “tú no puedes”, te detenga en tus decisiones, ni siquiera cuando esa opinión negativa provenga de algún familiar o amigo.
Transforma esas malas opiniones para impulsar las ganas de luchar, ya que, si algo no se intenta, no se puede saber si se hubiera hecho bien o mal. Cambia el “no soy capaz” por el “creo en mí y lo voy a intentar”.
Creer en uno mismo, es el acto más positivo que le podemos regalar a nuestra persona, porque si tú no crees en ti, tampoco lo harán los demás.
Hoy día de San Valentín, día de los enamorados, regálate un “me quiero”, un “yo sí puedo”, un “creo en mi”, un “estoy orgulloso de mí”, regálate una sonrisa y después ofrécesela a tus seres queridos. Y mañana vuelve a repetirlo y al día siguiente también…
Feliz día, felices pensamientos y felices sentimientos.
Lola Mateo
