El dolor como  lenguaje del cuerpo.

          “Me duelen todos los músculos del cuerpo, a veces el dolor me deja completamente invalidada, no puedo ni ponerme en pie” “ el dolor me inunda, empezó en las rodillas y ahora lo siento en todo el cuerpo” “me duele hasta tener que vestirme” “creen que estoy loca, que me invento los dolores”….así testimonian algunas de las pacientes diagnosticadas de fibromialgia.

          Actualmente no se conoce el origen de la enfermedad, la ciencia tampoco tiene respuesta para curarla, aunque sí para aliviar los síntomas, a través del tratamiento con los fármacos, ejercicios físicos y también psicológicos, como son las técnicas de modificación de conducta. Todas estas respuestas van orientadas a la adaptación de una persona al dolor.

          Desde el punto de vista psicoanalítico entendemos que una persona no es un organismo, una persona tiene un cuerpo, esto es, tenemos un organismo con unos efectos causados por el lenguaje, de esta forma entendemos que las palabras producen efectos sobre nosotros.

          Sucede que en algunas ocasiones no somos capaces de poner palabras a lo que sentimos, a lo que estamos viviendo, que de pronto acontece algo a lo que no podemos dar respuesta, que nos sobrepasa y nos sentimos amenazados. Nos sentimos angustiados, lo sentimos en el cuerpo pero no tenemos palabras que puedan dar cuenta de ello. Es entonces cuando nuestro cuerpo habla, cuando nuestro cuerpo comienza a mostrar de diferentes formas que algo no funciona. Una de las formas de hacerlo es a través del dolor, bien se trate de un dolor localizado en puntos concretos de nuestro organismo bien sea un dolor que recorra el mismo sin poder localizarlo con exactitud.

          Freud nos da cuenta de ello a través de estudios realizados con algunas pacientes y que podemos encontrar en la literatura, quizás el más conocido sea el de Anna O. en el que nos describe como ciertos síntomas sobre el organismo tienen la función de encubrir conflictos psíquicos no resueltos. Actualmente podemos saber que los síntomas físicos no solo cumplen esa función. Santiago Castellanos a través de su libro “El dolor y los lenguajes del cuerpo” nos ofrece un recorrido desde la tradicional postura de los síntomas de conversión hasta el entendimiento de los síntomas físicos en función de la estructura clínica, entendiéndolos así desde una postura transclínica.

          Los psicoanalistas trabajamos el dolor físico que no tiene origen orgánico, uno de los temas más controvertidos de la clínica, porque tendemos a pensar que si un dolor se padece en el organismo se debería de tratar exclusivamente con especialistas de la medicina. Sin embargo, nos encontramos que el discurso médico no tiene respuesta, el discurso médico no puede ofrecer una explicación sobre el origen o la cura de ciertos padecimientos, y no lo podrá ofrecer en la medida en que omita la subjetividad. Nosotros trabajamos a través de la palabra, estableciendo cierto orden simbólico allí donde el síntoma físico viene a ocupar un lugar.