Nuestra memoria

          ¿Qué consecuencias creen que tiene el paso de los años sobre la memoria? ¿Asociamos la vejez a la falta de memoria? ¿Cuando hablamos de falta de memoria nos referimos a la dificultad para aprender cosas nuevas: dificultad para entender, para razonar, para expresarnos de forma adecuada..., nos referimos quizás al pronto olvido de lo que acabamos de aprender, al olvido de cosas aprendidas hace relativamente poco tiempo, al olvido de algunos episodios de nuestra vida?

          Conforme van pasando los años es inevitable observar la caducidad de nuestro cuerpo, vamos envejeciendo y el tiempo deja su huella en lo real del mismo. Sin embargo, debemos destacar que no somos solo un organismo que refleja el unívoco devenir del tiempo, somos mucho más que eso, somos un organismo atravesado por el lenguaje, tenemos un cuerpo, un cuerpo que se sostiene por el esqueleto de la subjetividad.

         Esto nos hace pensar que más allá del desgaste orgánico que suframos por el paso de la vida, nuestra subjetividad no tiene porqué verse mermada por el proceso de envejecimiento en sí, aunque sí puede verse afectada por otras cuestiones: duelo, depresión, ansiedad, angustia, desinterés... aspectos relacionados más con la salud psíquica que con el paso del tiempo. Factores que se pueden asociar al envejecimiento y que están directamente relacionados con nuestra memoria son la soledad, el aislamiento que pueden sufrir las personas cuando llegan a edad avanzada. El ser humano se diferencia de todos los demás seres porque tenemos lenguaje. Podemos hablar, podemos comunicar gran parte de nuestro mundo interior, a la vez que podemos recibir información de los otros, construimos quienes somos gracias al intercambio que nos ofrecen las palabras. Cuando el ser humano está solo, cuando se aísla, cuando no es posible este intercambio algo de su subjetividad va muriendo en la ausencia de palabras, en la ausencia de un Otro que le haga poder seguir construyendo su propio yo. A veces son los prejuicios, las ideas erróneas que se convierten en nuestro peor enemigo y nos impiden llevar una vida plena.

          A las cuestiones que planteábamos en un principio, diría que el paso de los años deja huella en nuestro cerebro, las neuronas mueren con los efectos que esto puede conllevar, hay un riesgo mayor de sufrir lesiones consecuencia de alteraciones en nuestro organismo.... pero que nuestro organismo envejezca no quiere decir que nuestra memoria también lo haga. Nuestra memoria envejece cuando no la nutrimos. La nutrimos cuando nuestro interés nos lleva a intercambiar información, a buscar tareas nuevas, a la inquietud por aprender, poder cuestionar, construir....Podemos encontrar memorias muy viejas en organismos muy jóvenes.

         No obstante, el campo de la subjetividad abarca mucho más. Alguna vez se nos ha olvidado el nombre de alguien, bien porque no hemos prestado demasiada atención cuando lo hemos oído, porque hace mucho tiempo que no hemos visto a esa persona, porque ese nombre nos recordaba algún aspecto desagradable que preferiríamos olvidar.... En otras ocasiones olvidamos fechas importantes porque nuestra mente está en otras cuestiones.. aplazamos propósitos e intenciones. Sucede también que hacer algo puede suponer contrariar nuestro deseo, y en consecuencia intentamos aplazar aquello que debemos de hacer, esto es, cuando deber y deseo se encuentran enfrentados.

         En última instancia, puede ocurrir que el desgaste físico que implica el paso del tiempo afecte de manera irremediable a nuestra conciencia, como sucede con las enfermedades neurodegenerativas, donde envejecimiento y muerte de la subjetividad van de la mano. En estos casos cabría destacar que hay algo que jamás debe de morir en una persona, es la dignidad.

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Mª José Jiménez

Psicóloga Clínica Neuro-Camps, Alcantarilla. Colegiada 1499. Teléfono de contacto 620050609

Formación Superior Terapia Gestalt.

Máster Psicoanálisis EPP Murcia.

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