Misterios Desvelados: La Reencarnación

 

El pasado 18 de enero,  durante el viaje  del Papa Francisco a Filipinas, le presentaron a una de las niñas que había vivido en la calle, se trataba de Glycelle Palomar de doce años de edad, entre lágrimas, le preguntó lo siguiente: “Hay muchos niños abandonados por sus propios padres, muchos de ellos, víctimas de muchas cosas terribles como las drogas o la prostitución. ¿Por qué Dios permite estas cosas, aunque no es culpa de los niños? ¿Por qué tan poca gente nos viene a ayudar?”

Tras pensarlo por un momento, el Papa contestó: “Ella hoy ha hecho la única pregunta que no tiene respuesta”.

Creedme si os digo que sentí vergüenza ajena, aparte de pena y dolor, por tanta miseria humana consentida. Conforme avancemos en el nuevo tema que arranca esta semana, comprenderéis mis palabras. Aunque en el artículo del lunes 19 de enero, ya apareció un pequeño apunte sobre esto.

Como os prometí, durante algunas semanas os hablaré sobre la Ley de la Reencarnación, pues creo que ya es hora de que todos los seres humanos descubran las respuestas a las eternas y controvertidas preguntas que han marcado parte de sus vidas: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Por qué sufrir? ¿Para qué luchar si todo acaba con la muerte? ¿Por qué me siento atraído por personas de mi propio sexo? ¿Es posible reencarnar en un animal?

antonio41Hoy se pueden esclarecer estas preguntas y otras muchas más sumamente interesantes, con las que ayudar a mejorar y a potenciar el Conocimiento Espiritual y Trascendente en todo ser humano, como alimento esencial para el espíritu deseoso de progreso, consciente y responsable de la lucha a sostener en el día a día de su propia vida, para erradicar así cuantos lastres y deudas kármicas se arrastran de un pasado delictivo e ignorante.

La Reencarnación es una de las maravillosas Leyes Divinas, por la cual se hace comprensible para la humanidad tantas preguntas sin respuesta, así como las desigualdades que existen en este nuestro planeta-escuela que es la Tierra. A la vez, manifiesta una nueva comprensión de Dios mucho más extensa y generosa, en la que provee a sus hijos de cuantas oportunidades necesitan a través de distintas vidas, para adquirir conocimiento y evolucionar, regresando junto a Él para vivir eternamente, tras alcanzar el espíritu humano la emancipación de los mundos físicos cuando cumpla lo que dijera el sublime Jesús: “Sed perfectos como mi padre es perfecto”.

Os propongo un reto, haremos un pequeño viaje a través del tiempo, buscando de forma clara y sencilla todo cuanto sea necesario para la comprensión y, si cabe, aceptación de esta maravillosa Ley Universal. Puedo asegurar que, tras ese viaje, tendremos una visión más clara y precisa del concepto de tantas cosas que bien podríamos pensar que mereció la pena.

Quizá el término “palingenesia” no os suene mucho, pero pronto entenderéis lo que quiere decir. Es una palabra compuesta procedente del griego: “palin” (otra vez, de nuevo) y “genesia”  (nacimiento génesis) que podríamos traducir como: “nacimiento de nuevo” o “volver a nacer”. Este término se usaba en las escuelas filosóficas y espiritualistas para referirse a la ley que rige los renacimientos, comprendiendo los procesos en toda manifestación de vida en cada uno de los reinos: Mineral, Vegetal y Animal. Sin embargo, la diferencia que existe entre esta y la palabra reencarnación (del latín incarnare, en carne), significando las dos lo mismo, esta última se refiere al nacimiento en la carne sólo en las etapas animal y humana.

Por último veremos la definición que de dicho vocablo hace la Real Academia  de la Lengua Española; “Acción de regeneración, renacimiento de los seres vivos después de la muerte”. El diccionario de la RAE, edición 22ª: “volver a encarnar”. Diccionario del uso del español, María Moliner: “Volver a encarnar un espíritu en otro cuerpo”.

Y hasta aquí el artículo de esta semana. Siento dejaros con la miel en los labios, pero acabamos de empezar el tema y os aseguro que os sorprenderéis en cada ocasión, con nuevos descubrimientos sobre el mismo.

Os deseo paz y equilibrio, entre vuestro corazón y vuestra mente.

                                               Antonio Hernández

Valora este artículo
(2 votos)

Deja un comentario

Asegúrate de llenar la información requerida marcada con (*). No está permitido el código HTML. Tu dirección de correo NO será publicada.